Ella quiere que la cuide un hombre formal

Artículo escrito por Mikel Arzak
el 5 de noviembre de 2011

Ayer llegábamos al ecuador del Kutxa Kultur Festibala. Entre la liturgia Wilco y la gran fiesta de Primal Scream los programadores propusieron una noche tranquila con una doble actuación protagonizada por el local PLV Havoc y la indie Christina Rosenvinge. Con las gradas de Gazteszena instaladas, unas 200 personas pudimos disfrutar de una agradable velada, perfecta después de los bríos Wilco y lo que nos espera hoy en forma de festival largo y profuso.

PLV Havoc repetía en el escenario de Egia después de haber actuado dentro de San Miguel DonostiKluba. El donostiarra se presentó, en esta ocasión, en solitario para ofrecer una versión acústica (él la llama ‘moñas’) de sí mismo. Anda presentando Penny Lancaster, nuevo trabajo que aparecerá, sí, ya nos quedó claro, el 29 de noviembre. Interpretó, con el mismo estilo Dylaniano y con guitarra acústica, algunos nuevos temas, incluyendo el que da título al disco, y algunas sorpresas, como un par de temas con letras en castellano (Sobrenatural y Despiertos) en absoluta primicia, y un final a capella. Demostrando.

christina rosenvinge gazteszena

Christina Rosenvinge es una artista de idas y venidas. Muchas etapas artísticas vividas. Si exceptuamos sus inicios junto a Alex de la Nuez, ninguna convencional. Eso se ha cristalizado en discos de muy diversos matices. Etapas locales, etapas inglesas, etapas americanas, idas y venidas, y siempre al margen de modas convencionales. Ahora ofrece un concierto en formato trío, muy intimista, muy personal. Acompañada por Raúl Fernández (Refree) a las guitarras, teclado y voces, y Susana Aroca (Boat Beam) al chelo y voces, propone una nueva vuelta de tuerca de su cancionero personal que utiliza para vehicular todos sus traumas e inquietudes. Presenta Caso Sin Resolver, una caja recopilatoria que aparecerá próximamente, pero en su concierto suenan canciones de La Joven Dolores y Tu Labio Superior. Sus canciones hablan sobre relaciones pasadas, amistades perdidas, desapariciones misteriosas, visitas al psiquiatra, muy personal ella. Se podría escribir su biografía escuchando sus discos. De vuelta al directo de ayer, una generosa voz de Christina y un excelente acompañamiento, nos deleitaron con un buen número de canciones del que destacaremos el original juego de cuatro manos al piano en Un Hombre Formal, la catalana El Sud de los Refree, o la versión Hallelujah de Leonard Cohen que cerró el set principal. Luego volverían dos veces al escenario para cerrar el concierto con tres últimas canciones.

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