Hipnosis Screamadelica

Artículo escrito por Mikel Arzak
el 6 de noviembre de 2011

Cierre festivo de Kutxa Kultur Festibala en el Velódromo de Anoeta y en formato festival tradicional. Desde las 6 de la tarde toda una procesión de grupos fueron pasando por el gran escenario montado para la ocasión. Los organizadores convirtieron el lugar en un espacio más recogido de lo habitual con unos grandes telones a mitad del graderío, responsables seguramente de que aquello sonara bastante mejor que en otras ocasiones.

La primera parte del festival estaba dedicada a grupos locales que, por votación popular, fueron seleccionados para actuar en gran formato. Toda una ocasión para darse a conocer. Pena que fuese escasa la audiencia que se acercara a tan tempranos horarios. Una banda generosa en número y en propuesta musical, Rock Privado, arrancaron la jornada. Siete son los componentes del grupo que le confieren un sonido amplio y agradable de escuchar. Luego Krell nos confundió con su música a medio camino entre el Rock duro y la electrónica interpretada en inglés. Thee Brandy Hips elevaron el nivel con su Pop-Rock festivo y que animó, y mucho, al presente con sus divertidos comentarios y alguna canción ‘ñoña’ que se les escapó y que aseguraron ‘al público les encanta’.

La fase final la iniciaron We Are Standard, banda getxotarra que lleva un tiempo en primera fila del panorama indie nacional. Su directo animó, y mucho, a la ya generosa entrada de público. Su estilo Pop electrónico con reminiscencias de otras épocas (como el post-Acid) hace bailar sí o sí. Animoso líder que se quejó de la poca entrega del respetable y aprovechó los interludios para animar efusivamente. Funcionó el truco. Fue tal su despliegue que muchos dijeron después que deberían haber actuado antes de los cabeza de cartel.

Fanfarlo venían con un marchamo especial. Estuvieron programados inicialmente en el Jazzaldia y finalmente, por estar en plena grabación de su segundo largo, no pudieron asistir. Por eso, los programadores del festival clausurado ayer lo tuvieron claro, debían estar. Es un grupo que, en boca del máximo responsable del festival, están a punto de explotar artísticamente. Su segundo disco está al caer y, si nos atenemos a lo vivido ayer, pueden convertirse en la sorpresa del año y uno de los exponentes del panorama indie internacional. Cinco son los componentes de Fanfarlo. Grandes músicos (y cantantes), tres de ellos multi-instrumentalistas, que le dan un toque humano a su propuesta. Temas agradables de escuchar y que entra fácil en el oído. Nos pusieron los dientes largos, deseosos de descubrir su nuevo trabajo. Muy pronto los veremos actuar en grandes recintos y como cabezas de cartel. Seguro.

primal scream anoeta
Foto cortesía de Juan González Andrés

Primal Scream llevan varios años interpretando en directo su obra maestra y ya icono de la música Screamadelica, en su 20 aniversario. El grupo está ofreciendo los últimos bolos de celebración antes de lanzar nuevo material y ayer recalaron en el Velódromo donostiarra, recuperado para sus ya olvidadas grandes citas musiqueras. Todo estaba montado pensando en ellos. Escenario de grandes dimensiones, pantalla cinemascópica al fondo, sonido cuidado hasta los límites que un lugar como el Velódromo puede ofrecer y, cómo no, un público volcado (graderío semi-vacío) y entregado desde el principio. Arrancaron con Movin’ On Up, uno de los Hits del disco. En realidad, no importa demasiado con qué tema pudiesen arrancar, porque el disco es un dispendio de éxito tras éxito. Hasta ocho músicos se pasearon por el escenario, dando idea de la magnitud de lo que fue el proyecto Screamadelica, que bebe de innumerables influencias y estilos. Con Bob Gillespie al mando y enfundado en camisa discotequera total, el lío, en todos los sentidos, está asegurado. A su derecha, Andrew Innes, guitarrista animoso y con camisa imposible, arreaba de lo lindo a sus guitarras pasadas por filtros imposibles. Los demás, a lo suyo. Robert Young a la segunda guitarra  y voces, Gari Mounfield al bajo amplificado con unos grandísimos amplis Marshall, Martin Duffy escondido literalmente tras una montaña de teclados, y Darrin Mooney a la batería debidamente ‘marcada’ con el sello del disco. Un saxofonista y una corista daban los toques que precisa este monumental disco para ser interpretado en directo. Continuaron con Slip Inside This House, Don’t Fight It Feel It, Damaged y I’m Comin’ Down, momento que parte del grupo abandonó y, mientras el díscolo bajo ‘Mani’ se arrancaba con un ‘Freedom for the Basques’, la banda interpretaba el fantástico tema instrumental Inner Flight. Momento para cerrar los ojos y dejar la mente en blanco. Higher Than The Sun y Loaded servirían para dar paso a Come Together y sus hipnóticas imágenes al fondo, marca de la casa. Tema perfecto para corear y cerrar el set de Screamadelica. El rojo símbolo del disco al fondo serviría para dar paso a los bises, donde Primal Scream se despoja de su disco emblema e interpreta sin descanso Country Girl, Jailbird y Rocks que, tras unos fogonazos guitarreros de Innes, se despiden con un interminable loop de guitarra distorsionada en versión discotquera. Hipnotizados, nos fuimos del lugar bien entrada la madrugada.

Kutxa Kultur Festibala ha resultado una gran idea en todos los sentidos. Original en la selección de grupos y escenarios, ha servido para demostrar que con un poco de imaginación, se pueden proyectar festivales fuera de temporada. Sus responsables han asegurado que este festival ha venido para quedarse. Así que diremos eso de ‘larga vida a Kutxa Kultur Festibala’.

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