Ayer finalizaba una mini-gira exclusiva de cinco conciertos en los que Russian Red versiona temas de los 4 de Liverpool, el grupo más grande de la historia del Pop, The Beatles. Después de una larga gira en la que Russian Red, o lo que es lo mismo, Lourdes Hernández, ha presentado su segundo disco Fuerteventura en diversos formatos, apetecía cambiar de registro, oxigenarse, ofrecer algo nuevo y original. Y como ha declarado Lourdes en alguna entrevista «cómo no iba a cantar temas de un grupo tan grande como lo fue The Beatles». Así, y bajo el paraguas de San Miguel, la cantante madrileña se embarcó en esta nueva aventura para revivir éxitos de los británicos.
Y lo que ofrece es eso exactamente. Versionar temas de The Beatles. El público que se congregó ayer en la sala RockStar de Bilbao se podía dividir en dos. Los seguidores de Russian Red y los fanáticos de The Beatles, que no pierden ocasión cuando tienen la posibilidad de revivir esas grandes canciones de los de Liverpool. Pero aquello no era un concierto tributo al uso. Lourdes quería imprimir su sello a esas canciones que a ella le emocionan. Seguramente por eso, o porque no se trataba de un concierto de Russian Red propiamente dicho, o por cualquier otra razón, parte del público de ayer hablaba demasiado y no demostró entusiasmo alguno ante la propuesta. Como dijo Richard Hawley en su concierto de Madrid hace unas fechas «parece que hay gente rica que no le importa gastar su dinero en una entrada de concierto». Claro que eso lo dijo un día después de actuar en Burdeos, donde un público excepcional guardó un silencio sepulcral. Hawley se sorprendió y le gustó. Y no sé qué es peor; que te sorprendas o que te guste. A pesar de todos los inconvenientes ambientales, Russian Red y sus chicos ofrecieron un agradable concierto que gustó a buena parte de la audiencia.
Con algo de retraso aparecieron Lourdes Hernández y acompañantes para arrancarse con un Let It Be ‘a capella’. Tras tan original arranque, bien enchufados interpretaron Love Me Do, primer single de la banda homenajeada. You’ve Got to Hide Your Love Away sonó después. Y estaba claro para entonces que aquello era especial, algo exclusivo. De esas cosas que sabes, o mas bien intuyes, no vas a volver a vivir. Porque Russian Red y sus compis, entre los que podemos destacar a Brian Hunt, escudero personal de la madrileña, y a Alex Ferreira, músico de nivel que ayer hizo de bajo y muchas cosas más, re-interpretaron aquellos clásicos que aún hoy perduran. Pudo gustar más o menos el resultado, pero hay que reconocer que allí había trabajo, cariño. Y es una pena que parte del público no lo reconociese en su justa medida.
Una espléndida versión de In My Life siguió aumentando el nivel del recital que llegó a un momento muy especial con una psicodélica Lucy In The Sky With Diamonds. En Nowhere Man tuvieron algún problema con la voz de Lourdes. El grupo decidió que la repetirían más tarde. Llegó otro momento muy especial con Alex Ferreira tomando la voz cantante en Julia, haciendo los coros Lourdes Hernández. Ferreira, que estuvo muy hablador toda la noche, aseguró que aceptaban peticiones, que se las sabían todas. Cuando el público comenzó a soltar títulos, la jefa de la banda aclaró que se trataba de una broma, que el set estaba cerrado. También aclaró que finalmente el concierto no iba a estar basado en el disco Revolver, sino que habían decidido interpretar éxitos sueltos. Y siguieron los duetos, pero esta vez con Brian Hunt interpretando una canción de amor. El propio Brian se quedaría solo sobre el escenario para interpretar Cry, levantando pasiones entre el público femenino. Y es que Hunt tiene facilidad, tras sus gafas de pasta, para enganchar con el público.
Mientras el público se decantaba por John Lennon, Lourdes Hernández declaró su amor platónico por Paul McCartney
She Said, She Said sirvió para que volviera toda la banda al escenario. Entonces Lourdes preguntó al respetable cuál era su Beatle favorito. El público parecía decantarse por John Lennon, pero ella declaró su amor platónico por Paul McCartney, quien le recuerda a su padre. Entonces Ferreira dijo que su favorito era Ringo Starr, el único batería que respetaba en el mundo. Risas del batería Juan Diego Gosálvez, claro. All My Loving fue el primer tema que animó al público, que coreó el tema de principio a fin. Llegaría el turno de las palmas con Ticket To Ride. Tras él, uno de los momentos de la noche cuando Russian Red puso toda la carne en el asador con Something. La banda desapareció tras otro tema de los ingleses y le costó volver porque el público no demostraba demasiado entusiasmo. En un mano a mano con Brian, Lourdes cantó una sentida versión de The Fool On The Hill. Repitieron entonces Nowhere Man y se despedirían con una coreada Come Together y Lourdes Hernández a la batería. «Con esta niña hay que tener mucho cuidado», diría entonces un divertido Alex Ferreira.
En la parte final del concierto Russian Red recuperaría para sus fans más acérrimos algunos temas propios. Para ellos dedicó Love Is Stranger, una canción dedicada a la relación de idas y venidas que mantuvo con Brian Hunt (adivinen de dónde viene el título de su primer disco). Fuerteventura sonó después, y se despidieron con la siempre efectiva Mi Canción 7.
Tras algo más de hora y media el grupo abandonó el escenario sin hacer mucho ruido y el público se alejó del lugar sin pena ni gloria, sin darse cuenta de que había sido una noche mágica que, muy probablemente, no pudo vivirse en toda su intensidad por culpa de ciertos elementos.