Bill Callahan, o lo que es lo mismo, Smog, se considera uno de los pioneros del Lo-Fi a partir del Rock alternativo, haciendo escuela en este mundo. En esta ocasión presenta su nuevo disco Dream River, que apareció el 17 de septiembre y que es la continuación de su Apocalypse, presentado precisamente en su anterior gira que ya pasó por aquí en formato trío. Según cuenta su sello, y corroborado por la prensa especializada, es probablemente el disco más sensual y emotivo de su carrera.
Varios medios especializados han alabado el nuevo trabajo de este trovador contemporáneo. Su nuevo trabajo lo enlazan con su anterior Apocalypse, que supuso un punto de inflexión en su carrera. En Apocalypse, el estadounidense ofrecía unas composiciones con una instrumentación en algunos momentos más desnuda pero también más arriesgada que en ocasiones anteriores. Por una vez dejó de ser el tipo impasible para que su reconocible ironía fuera mucho más afilada en canciones como America, o expirara una sinceridad excesiva en Riding For The Feeling.
Si aquél era un disco algo áspero, con Dream River Callahan vuelve a ser el hombre tranquilo, el receptor de almas errantes, quizá la de aquellos que le escuchan. Así lo canta en The Sing, la balada que abre su nuevo trabajo, con un título premonitorio de un disco que mantiene el buen nivel de su predecesor. Un disco que evoca un lugar cualquiera, a fin de cuentas, del estado de Texas, el mismo desde el que Bill Callahan ha producido su último trabajo.
Un disco que tiene mucho que ver con el enorme Sometimes I Wish I Were An Eagle, repleto de espacios abiertos, con los miedos del autor todavía presentes. Al igual que su aventura en la literatura con sus Cartas a Emma Bowlcut, Callahan vuelve a retratar su fobia a la soledad en Javelin Unlanding con repeticiones instrumentales que desembocan en el estribillo, al igual que ya lo hizo en Eid Me Clack Saw o America.
En resumen, un nuevo trabajo que nos ofrece la versión más sensual y emotivo de su carrera, y del que dará buena cuenta este próximo martes 25 de febrero a las ocho de la tarde en la Sala de Cámara del Kursaal. Las entradas para este concierto se pueden encontrar en Kutxabank.