Hackett y la bicefalia

Artículo escrito por Mikel Arzak
el 25 de marzo de 2017

Lo advertimos hace unos días, cuando anunciamos el concierto que ayer se celebró en el cubo pequeño del Kursaal donostiarra. Iba a ser memorable. Y lo fue. El británico Steve Hackett estuvo inconmensurable. Pero retrocedamos en el tiempo. Está muy de moda revivir en directo bandas que en los años 70 y 80 tuvieron gran éxito, tanto en su discografía como en sus shows en directo. Formaciones como Pink Floyd, Queen, o Genesis son solo un ejemplo de esas ansias que tienen sus seguidores de volverlos a disfrutar, sabiendo que jamás los volverán a ver porque han desaparecido. Por eso se tira de bandas tributo y otras ideas alternativas. De ello hemos escrito en numerosas ocasiones. Y la de ayer fue otra de esas ocasiones. Hackett fue integrante de la primera formación de Genesis, una histórica banda británica que contó con pesos pesados entre sus filas, como Peter Gabriel o Phil Collins. Vivieron diversas huidas como la de Gabriel y la del propio Hackett. Todos ellos tuvieron una extensa y prolífica carrera en solitario, lo que demuestra su valía. Quizá debido a esa valía abandonaron la formación original. Sea como fuere, Steve Hackett cuenta con una treintena de títulos en solitario. Un prolífico catálogo de sonidos sinfónicos del que se puede extraer verdaderas joyas. Pero al público, recordemos, le gusta lo clásico, lo desaparecido… Genesis. Él lo sabe y lo ofrece. En esta ocasión, con una gira cuyo título lo dice todo. Genesis Revisited With Hackett Classic lo deja claro.

Se quedó pequeño la ya de por sí reducida sala de cámara del Kursaal. Pequeña para un público entregado desde el minuto uno y pequeña para la parafernalia que traía Hackett y los suyos. Hubiera sido fantástico verlo en el Auditorio, ocupado con música clásica. Una pena ver a los músicos y técnicos con esas apreturas. El guitarrista apareció junto a Roger King a los teclados, Gary O’Toole a la batería, Nick Beggs al bajo, y el multiinstrumentalista Rob Townsend, para atacar un concierto que rozó las dos horas y media que pasaron como un suspiro. Claramente dividido en dos partes, la primera estuvo dedicada a material propio que comenzó con Every Day, extraído de Spectral Mornings, un largo de 1979 remasterizado en 2005. Enseguida se puso en la actualidad, presentando su nuevo trabajo The Night Siren, que contiene joyitas como El Niño, In The Skeleton Gallery o Behind The Smoke, dedicado a los refugiados. Sus padres lo fueron, cuando huyeron de Polonia hacia el Reino Unido… y gracias a ello él estaba allí. Todo un alegato. Steve estuvo cercano, dando las gracias en euskera, asegurando, también en euskera, que estaba feliz por actuar en Donosti.

steve hackett kursaal

Fotografía cortesía de @EnParantzito.

La hora larga de concierto que Hackett se dedicó a sí mismo fue, ya lo puedo decir, lo mejor de la noche. Largos cortes con largos desarrollos sobre la guitarra que dejaron boquiabierto a un público talludito, aunque había treintañeros con ganas de escuchar buena música. Y bien que la escucharon. La extensa banda sonó brutal. Todos en excelente forma, es difícil destacar a alguien. Los temas sonaron de fábula, con momentos excelsos, con canciones cantadas a coro, o con esos in-crescendo, que tanto gustan a los que nos gusta el rock sinfónico, a veces rozando la electrónica, otros recordando a bandas como Pink Floyd. Fue maravilloso disfrutar de los largos progresos de Hackett a la guitarra, tocándola de una forma muy peculiar. El británico logró crear atmósferas sonoras compactas, brutales, emocionantes. De esas que te hacen levantar de la butaca (bueno, en Donosti levanta los brazos, nada más). Rise Again y la segunda parte de Shadow of the Hierophant pusieron un broche de oro a la primera parte del concierto. Un tramo que dejó un gran sabor. Quizá demasiado.

Fue el propio Hackett quien anunció la segunda parte dedicada exclusivamente a Genesis, en su particular visión. De hecho, durante su carrera en solitario, tuvo tiempo para lanzar un par de discos donde revisitaba temas clásicos de su formación de la que formó parte. Para este segundo tramo contó con la colaboración de Nad Sylvan, quien puso la voz principal, imitando con soltura a Peter Gabriel y Phil Collins, y maneras teatrales. No lo hace tan bien como Denis Gagné de la banda tributo The Musical Box, pero sale vivo del envite. Sonaron temas como Eleventh Earl of Mar, One for the Vine o Blood on the Rooftops al comienzo. Resultó un tanto raro, porque a ojos y oídos del que suscribe, el cambio de registro fue algo brusco, dando un bajón, costándole recuperar las sensaciones vividas en la parte anterior. Hasta el tramo final no volvimos a alucinar, con los clásicos Inside and Out, Firth of Fifth o The Musical Box. Una fuerte ovación hizo regresar a la banda para interpretar Los Endos.

Steve Hackett, en su gira actual, lleva su música como sorpresa oculta y la música de Genesis como baza comercial, como gancho. Una bicefalia que no deja a nadie indiferente. Un público entregado totalmente sale de la sala con sensaciones encontradas. A una parte le habrá gustado más el primer tramo; a otra, formada por nostálgicos, el segundo, y a una mayoría todo el concierto. Cosas de la historia de la música.

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