… y seguimos gritando

Artículo escrito por Mikel Arzak
el 2 de abril de 2017

El Poeta Halley surcó nuestros cielos. El viernes pasó por Bilbao y ayer lo hizo por Pamplona. Y nos trajo el trabajo más maduro, más complicado y, quizá, más inaccesible de Love of Lesbian. Una formación que, tras varios discos con un gancho increíble y un directo de auténtica locura, pueden permitirse el lujo de explorar nuevos caminos, nuevas sonoridades. Y todo ello con la confianza de que sus seguidores llenarán sus conciertos. Un grupo que juega con red de seguridad. Pocos pueden decir eso. Y más cuando estamos hablando de una banda liderada por la mente creativa de Santi Balmés, que a loca originalidad no le gana nadie en el actual panorama indie. Lejos de la locura de los festivales, a la que regresarán este verano, los de Love of Lesbian están inmersos en una gira por salas, donde pueden desarrollar todo su potencial, sin las prisas propias de un festival. Un dicharachero Balmés cerró el concierto diciendo que se iban satisfechos si cada asistente había sentido pasar el Halley por su corazón en una sola canción. Porque de eso iba el concierto de ayer. De sentir emociones, emociones que los catalanes saben provocar como pocos lo consiguen. Con esas canciones un tanto locas, de letras imposibles y melodías pegadizas, que te llegan a la velocidad de un cometa. Del Halley poetizado. Ayer la pregunta fue… ¿Cuál fue tu Halley?

Están orgullosos de su último trabajo, publicado hace un año, y con el que han girado por festivales y por salas de varios países. Y lo seguirán haciendo, hasta que este próximo otoño, ofrezcan conciertos finales en Madrid y Barcelona. Luego vendrán otros proyectos que ya tienen en mente. Pero esa es otra historia. Ayer, en una abarrotada sala Totem de Pamplona, desmigaron buena parte de El Poeta Halley. Su trabajo más serio lo trasladan al directo, vistiendo de forma más elegante de lo que estamos habituados en los Lesbian. Con maneras teatrales, un Balmés muy profesional, tocando en ocasiones un teclado y guitarra, defendió, de golpe y de continuo Cuando No Me Ves, Océanos De Sed, Nadie Por Las Calles y Bajo El Volcán. Un in-crescendo perfecto que funcionó a las mil maravillas. El público de las primeras filas coreaba las canciones como si fueran ya unos clásicos. Y solo era el comienzo.

Y entonces llegó mi momento Halley. En (casi) todos los conciertos espero con ansiedad esos temas clásicos, esos Hits, esos himnos. Cosas de la edad seguramente. Balmés anunció que interpretarían temas anteriores de su ya prolífica carrera discográfica. No esperábamos menos. La sorpresa fue que abrieron con Allí Donde Solíamos Gritar. Todo un himno que para los barceloneses tiene un significado especial, porque significó su punto de inflexión, a partir del cual todo comenzó a funcionar, a tocar el éxito con los dedos. Para el que suscribe supuso conocer al grupo, cuando una colaboradora de Vamos de Conciertos escribió, en agosto de 2009, una fantástica y contagiosa crónica de una banda llamada Love of Lesbian. Tras una rápida escucha de algunos de sus temas, pude descubrirlos en el festival Ebrovisión de ese año, donde cerraron noche con un concierto fantástico, muy loco, con un final de locura, con varios componentes del grupo llevados a volandas entre el público. Ahí comenzó mi idilio con este grupo, que los he visto, y contado, en numerosas ocasiones. En Allí Donde Solíamos Gritar me desgañité y supe que acabaría totalmente afónico. El Halley surcó mi cerebro, activando y enloqueciendo las neuronas que me puedan quedar.

love of lesbian bilbao

La fotografía no pertenece a esta crónica.
Fotografía cortesía de Isabel Márquez.

Habló entonces Julián Saldarriaga, guitarrista y escudero de Balmés, dio las gracias y explicó que viajar tanto para ofrecer los directos tiene sus riesgos, y recordó que Supersubmarina sufrió un accidente hace unas semanas. El susto fue importante, pero felizmente no ocurrió nada grave. Quiso dedicar Los Seres Únicos a la banda amiga, deseándoles que regresen a los escenarios muy pronto. Estuvieron muy dicharacheros y Santi quiso explicar que Contraespionaje la escribió pensando en su querida Barcelona. Una ciudad que aman, pero que se está convirtiendo en una especie de parque temático lleno de japoneses cámara en ristre. A esa deriva dedicó esta canción que el público, cómo no, coreó con gran intensidad. El espíritu Halley continuó con En Busca Del Mago.

Regresamos a viejos tiempos con la incombustible 1999 y la sentida Voy A Romper Las Ventanas. Balmés hizo un strip-tease en directo (pidió que nos desnudáramos… nunca lo consigue), se puso menos elegante y más cómodo, y se sumergió en una segunda parte más reconocible, más loca, más Love of Lesbian. Con un ir y venir entre discos, con temas como Los Males Pasajeros, Oniria E Insomnia, el viaje a Belice, Incapacidad Moral Transitoria, El Yin Y El Yen, y el final formado por la alucinógena Algunas Plantas y el clásico de los clásicos Club De Fans De John Boy. El grupo, que en directo es un sexteto con la incorporación de Dani Ferrer a los teclados, interpreta sus temas con una calidad y creatividad sobresalientes. Hacen algo que no es fácil y que el que suscribe siempre agradece. Reinterpretan sus canciones grabadas en estudio. Las modifican, las intensifican, les imprimen emoción. En eso son los amos.

Los catalanes estiran sus conciertos en salas hasta las dos horas y media, ofreciendo dos bises bien diferentes y sorprendentes. En el primero atacan con Psiconautas, El Amante Guisante, Manifiesto Delirista y Los Toros En La Wii, con ese estribillo sencillo, publicitario, con gancho… ¡¡¡Fantástico!!!, al que Santi insertó estrofas de Lobo Hombre en París, de La Unión. En el segundo se ponen tranquilos, con unos acústicos tramposos y que no verás en festivales. Sonaron fantásticas las versiones en directo de El Poeta Halley con la voz de Serrat y el clasicazo Incendios De Nieve. Planeador, tema que abre su último trabajo, sirvió de cierre y brutal locura final.

Una vez más corroboramos que Love of Lesbian tiene uno de los mejores directos del panorama nacional. Actúan en festivales (no lo hay en el que no hayan actuado), en salas, en auditorios, en montajes teatrales (regresarán con Espejos y Espejismos en 2018)… y siempre lo hacen bien, con buenas maneras. Se han tranquilizado. No hacen las locuras de antaño, pero mantienen el tipo y, sobre todo, logran que el público se vuelva loco, del revés. Ayer regresaron por todo lo alto, con un nuevo y excelente trabajo bajo el brazo. El Halley surcó Pamplona, atravesándonos a cada uno en, al menos, un momento de las dos horas y media larga que duró el show. Yo tuve mi momento Halley. ¿Cuál fue el tuyo?

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