Dos horas de paréntesis

Artículo escrito por Mikel Arzak
el 28 de febrero de 2022

Mikel Erentxun, una vez roto Duncan Dhu, siguió su senda popera con sello Duncan. Su ‘hermano’ Diego Vasallo tiró por terrenos más angostos. Y entonces llegaron unas actuaciones en el Victoria Eugenia donde un público se llevó la sorpresa de sus vidas. Mikel quería demostrar que en directo buscaba sonidos más rudos, más rockeros. Para lograrlo se apoyaba en una buena banda comandada por un inspirado Rubén Caballero. De aquellos conciertos, uno de ellos registrado en un doble CD, han pasado muchos años. Erentxun ha seguido lanzando nuevo material, ha sufrido un infarto coronario, y, sobre todo, ha seguido buscando nuevos terrenos en directo. En ese viaje ha tocado varias veces en su templo Victoria Eugenia, en el Teatro Principal, en el Centro Cultural Intxaurrondo… Siempre sorprendiendo con nuevos guiños que le han funcionado muy bien. Pocos pueden decir lo mismo.

Cerca de cumplir los 60, Mikel ha querido poner el retrovisor y, junto con otros músicos que él venera, grabar clásicos de su extensa carrera remozados para la ocasión. 35 años dan para mucho y Amigos de Guardia lo demuestra con creces. Un proyecto que debió ver la luz hace año y medio. La pandemia lo retrasó y, tras darlo a conocer a lo largo del año pasado, ahora lo comienza a celebrar en una gira que arrancó hace una semana, a modo de ensayo general, en el clásico Kafe Antzokia de Bilbao, recalando ayer en el Auditorio del Kursaal donostiarra. Un eufórico Mikel declaró que esperaba que todos hiciéramos un paréntesis en nuestra vida y que dejáramos de lado durante un par de horas asuntos como Ucrania, la pandemia, o la Real Sociedad. Esto último no fue posible porque en pleno concierto nos enteramos que la Real había marcado gol. Mikel, por un instante, se vio descolocado y nervioso. Cosas de ser un realista de pro.

El concierto de ayer fue una especie de rubicón para un artista que viene muchos años buscando el concierto perfecto. Y ayer lo consiguió. Tuvo todos los ingredientes para lograrlo. Como hemos dicho, Erentxun lleva varios lustros trabajando un concierto diferente, donde sus canciones evolucionan y ganan muchos enteros. Ayer, esa evolución hizo cima. Se hizo acompañar por una banda de ensueño comandada por Marina Iniesta, todo un descubrimiento que ya estuvo en su anterior gira, el celebrado regreso de Rubén Caballero y Mikel Azpíroz al piano. Si a eso le añadimos invitados sorpresa, obtenemos el cóctel perfecto para vivir una gran noche.

mikel erentxun kursaal 2022

Fotografía cortesía de Óscar Esteban.

El público estuvo entregadísimo desde un inicio, coreando, y de qué manera, buena parte de las canciones que Mikel y compañía disparaban con gran acierto. Comenzaron con Si te vas y otras dos jugando al despiste. Hasta que entraron en harina con Rozando la eternidad, primer trallazo de la era Duncan y que nos recordó al desaparecido Black, quien hiciera coros en aquella obra maestra titulada Autobiografía. Para muchos, una especie de White Album de los Beatles. De hecho, es tan fan Mikel de los británicos, que escogió Tomorrow Never knows para la introducción.

Amigos de Guardia se rodea de buenos amigos que celebran la larga trayectoria de Mikel Erentxun en su etapa Duncan y en solitario. Ayer tres lo acompañaron sobre el escenario.

La primera sorpresa la protagonizó Anni B. Sweet, que acompañó en Ángel en llamas. Maika Makovski ‘regresó’ a la capital guipuzcoana (ofreció un fantástico concierto pocas fechas antes) para cantar en una animada versión de Cicatrices. Y ya en un bis único, apareció Diego Vasallo para poner su sello tan personal como inconfundible en ¿Quién se acuerda de ti?. Se esperaba que participase Quique González, pero finalmente no pudo ser. Junto con él Mikel iba a interpretar Intacto en homenaje a Rafael Berrio. Lo hizo en solitario. Berrio recibió otro homenzaje cuando un solitario Mikel, con harmónica y guitarra acústica,  interpretó una sentida versión de Veneno.

Al público le gustan los clásicos y, sobre todo, la época Duncan. Fue formidable la versión ‘country’ de Una calle de París, seguida de una celebrada Esos ojos negros. Dupla brutal. Todo el concierto tuvo una presencia muy potente de las guitarras, marca live de la casa Erentxun, quien trabaja cada tema para que en directo cobre nuevos brillos. Entre salitre y sudor volvió a ponernos los pelos de punta.

El final, con el público puesto en pie, saltando y cantando como si no hubiera un mañana, fue antológico, con temas como Cartas de amor, A un minuto de ti, o el clasicazo Cien gaviotas. Mikel Erentxun está en un gran estado de forma. Canta mejor que nunca y ha logrado redondear su directo. Eso que ha ido trabajando durante años y años y que ayer culminó en un Kursaal que rozó el lleno. Mikel puede estar satisfecho y feliz. Tan feliz como lo hizo el público al abandonar el lugar.

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